“Feminidad, masculinidad son términos que hablan de condiciones inherentes o irreductibles del ser mujer y hombres respectivamente; en tal sentido constituyen características, pero también categorías, históricas y universales”.
Fernández 1993
El siglo XX, se caracterizó por un gran desarrollo tecnológico e industrial, así como también por cambios sociales; cambios, que se ven reflejados en ciertas confusiones sobre qué es “lo femenino y lo masculino” el día de hoy. Nos encontramos en una época en la que se pregona “la igualdad de género”, en donde la mujer comienza a incorporarse en espacios en lo que antes no tenía cabida, mujeres que se niegan a asumirse solo como esposas y madres, mujeres que no necesitan estar siempre al servicio de los demás. Así pues, en este nuevo milenio, que recién comienza, podemos observar como -a partir de características culturales específicas en cada comunidad- la forma en la que una pareja establece vínculos entre sí, va cambiando.
En la medida que avanza el siglo XXI, varias tendencias económicas, políticas, culturales, demográficas y psicopatológicas están causando un gran impacto en la sociedad, en cada individuo, en donde se enaltece la belleza y la juventud, y vemos como la tecnología ha contribuido a que se den cambios sustanciales en el establecimiento de las relaciones interpersonales, en donde no solo nos referimos a las relaciones de pareja, sino también las amistosas, laborales y las familiares.
Estas nuevas tendencias y cambios hacen que los individuos se vean en la necesidad de adaptarse a nuevos esquemas de conducta y de relaciones interpersonales; la globalización, la apertura económica, la competitividad son fenómenos nuevos a los que tienen que enfrentarse los sujetos, todos y cada uno, hombres y mujeres.
El contexto histórico de hoy nos muestra un mundo complejo, paradójico y lleno de perplejidad ante el derrumbe de viejas concepciones, en donde la mujer ahora trabaja y estudia, en donde el hombre ya no es necesario para el sostén del hogar o también puede estar al cuidado de los hijos, una época en la que las relaciones de pareja parecen evitarse, ya que se cree en una errónea autosuficiencia afectiva, señala Lipovetsky al respecto –y sobre el narcisismo- “Tener relaciones interindividuales sin un compromiso profundo, no sentirse vulnerables, desarrollar la propia independencia afectiva, vivir solo, ese sería el perfil Narciso” (1986), una época en la que predominan los trastornos narcisitas de la personalidad; y vemos así una sociedad situada ante la “necesidad” de un consumismo extremo, en donde el sujeto cree ser feliz si tiene una camioneta del año, dinero para cirugías estéticas, un bronceado “espectacular”, unos lentes de sol de marca, etc., etc.…. en donde se ve “…al enriquecimiento como signo de progreso individual y social, ahora el éxito sólo tiene un significado psicológico: la búsqueda de la riqueza no tiene más objeto que excitar la admiración o la envidia” (Lipovetsky, 1986)
El día de hoy vemos también como en México, hay un desencantamiento de la política, es obvio que ésta ya no mueve pasiones, la controversia no moviliza ya al individuo, pareciéndole carente de sentido todo lo referente a sus gobernantes, y cómo no, si los medios de comunicación ponen a la par noticias referentes a la guerra y la política, con noticias sobre “celebridades”; el individuo no siente pertenencia a ningún movimiento social. Pareciera que la historia se va olvidando, algo así como si fueran desmoronándose grandes relatos (como si la historia fuera un cuento) y en el supermercado se puede encontrar todo lo que se busca.
El tema de la posmodernidad pareciera ser difícil plantearlo en países donde la pobreza, la exclusión y el analfabetismo están a la orden del día, y sin embargo parece tener cierta repercusión en la forma en la que las parejas se vincula el día de hoy, independientemente de clases sociales, sexos y edades. Vemos como en revistas, libros, cortes comerciales televisivos y radiofónicos, y telenovelas de hoy, esta nueva forma de vinculación social (conyugal y familiar principalmente) se plantea, así como la creación de necesidades consumistas que prometen “felicidad”, y todo este bombardeo visual y auditivo en ningún momento se queda corto con la realidad.
Feria de la Primavera
Localidad: Jerez de García Salinas
¿Puede hablarse de autonomía en una mujer que se queda al mando de la casa, trabajando, estudiando, pero al mismo tiempo con la necesidad de un hombre que avale sus logros?
Karla y Reyna, dos mujeres Jerezanas, en donde ambas esperaban con añoranza el “sábado de gloria”, y las dos en su historia habían tenido un padre ausente por la migración a Estados Unidos. Comenzaré por explicar el contexto en el que ellas viven y la festividad “de la primavera”.
Jerez de García Salinas, o simplemente Jerez, es un municipio que se caracteriza por el fenómeno migratorio, en cada casa hay algún familiar, amigo o conocido (así como lo hay en cada uno de los Zacatecanos) que ha ido en busca de “los dólares”; El fenómeno migratorio es resultado de factores económicos, políticos, culturales, pero también subjetivos. Jerez se encuentra ubicado en el centro del estado, a 60 km. al suroeste de la ciudad capital. Es una de las poblaciones del estado con mayor importancia económica y cultural y según datos del INEGI (2000) su población es de 54,757 hab. Su clima es templado seco, tiene una temperatura media de 18° C, entre la flora de este municipio pueden encontrarse una diversa variedad de especies vegetales como: Encinos, pinos, mezquites, huizaches, nopales, así como diferentes tipos de pastos. Y en la fauna silvestre existen mamíferos como conejo, venado cola blanca, mapache, gato montes, coyote, algunas aves como guajolotesilvestre, codorniz escamosa, paloma julota, paloma ala blanca, así como roedores y reptiles. Esta ciudad se distingue por sus hombres célebres, entre ellos Ramón López Velarde, así mismo se cuenta con folclore propio y original, siendo tradicional principalmente el Tamborazo, mismo que ha dado origen a las Bandas y otros estilos muy mexicanos, así mismo sus ferias, su religiosidad y un típico estilo de provincia la caracterizan. La Plaza Principal, llamada Jardín Rafael Páez, ocupa el sitio de lo que fuera el viejo mercado. Alrededor de éste se reúnen los hombres del pueblo para jugar dominó. En las inmediaciones, distintas bandas musicales de tamborazo zacatecano se dan cita en busca de clientes, ya sea para amenizar una fiesta, para llevar una serenata o simplemente para tocar algunas melodías en torno a la banca de quien lo solicite. Es en esta plaza donde se desarrollan las festividades más importantes de Jerez, entre ellas “la feria de la primavera”.
Jerez es un municipio Religiosamente católico, la “feria de la primavera” se lleva a cabo durante la semana Santa y es una de las festividades más importantes en este municipio, no solo por la festividad religiosa, sino porque jerezanos residentes en Estados Unidos, regresan a casa para estar con la familia, y en donde aquellos que son solteros vuelven para comprometerse con alguna jerezana, (será acaso para no romper el vínculo con su ciudad natal o como parte de un proceso identificatorio paterno). La Semana Santa es el periodo sagrado del cristianismo que transcurre desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección, y es el período de más intensa actividad dentro de la Iglesia, en la que se hace un memorial de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. En el Sábado Santo o también llamado sábado de Gloria se conmemora el entierro de Cristo.
Los varones han sido los principales emigrantes en Jerez, y es común que regresen en semana santa, con una camioneta del año y regalos para la familia, quizá son los varones quienes se van debido a que crecen con vínculos paternos pobres, y como una forma de identificación paterna. Y es común que se vayan en la etapa de la adolescencia donde al reeditarse conflictos de la infancia y al haber una búsqueda de identificación, surge ese “deseo” de irse el “otro lado”, en donde no puede dejarse de lado que también se da una separación con la madre.
Las actividades durante el Sábado de Gloria inician desde muy temprano en Jerez, primero con la quema de los Judas, a lo largo de las calles principales, sobre las banquetas, se ponen tapancos, en algunos habrán bandas de música, en otros familias, pero en muchos otros chicas jerezanas, ya que por las calles pasarán hombres vestidos de charros, con sombreros tejanos, y sobre un caballo, chicos jerezanos que han llegado de Estados Unidos a buscar con quien comprometerse. Y mujeres que esperan a esos hombres que se han ido, padres y futuros esposos.
Noriega y Cols. (1994) señalan que “Cuando una niña o niño nacen y crecen en ausencia de alguna figura paterna, se le llena con lo imaginario, lo fantaseado, ya que la mente humana no sobrelleva el vacío y por ello tiene que inventárselo, en ocasiones como superdotado y se engancha a sus invenciones”. En este caso, son las niñas que desde pequeñas, por sus madres, saben de la existencia de un padre, al cual debe de esperársele, y en donde parece establecerse entonces como patrón de conducta el tenerle que esperar y en donde el hombre se va por tener más, quizás influenciados por la época posmoderna e ideas neoliberales de consumo, creando constantemente necesidades efímeras, en donde pareciera que la felicidad solo se logra teniendo más, ¿pero no es acaso cuando se pierde a una pareja o se da una separación familiar cuando se está más desdichado?.
Como Psicoterapeutas, vemos como en ocasiones los motivos de consulta actuales son alcanzar el éxito, la juventud, la belleza, o aquellos que han alcanzado el éxito expresan sentir un vacío, en donde al revisar sus psicodinamias veremos como existe una imposibilidad para establecer relaciones de pareja, resultado de esta ausencia paterna, y muchas veces producto de relaciones de objeto parciales.
Así pues las relaciones de pareja se dan de forma distinta, la poca prohibición a la sexualidad la hace menos idealizada, la imagen corporal es lo más importante y vemos como es precisamente eso lo que sustenta muchas relaciones: la apariencia propia y del otro; lo que importa es la inmediatez, por lo que no hay demora, habiendo entonces descargas inmediatas que no satisfacen el deseo; el narcisista propone al otro “se una cosa para mi” ya que si “eres autónomo serías otro”, el otro sirve solo mientras sea un espejo de la propia grandiosidad. “La personalización del cuerpo reclama el imperativo de juventud, la lucha contra la adversidad temporal, el combate por una identidad que hay que conservar sin interrupción ni averías”. (Lipovetsky, 1986). No hay preocupaciones por nuestras tradiciones, en esta época narcisista el otro es un objeto parcial. Así pues, cuando vienen los “paisanos”, pareciera que vienen a espejear a las mujeres al mismo tiempo que ellos son espejeados, a fin de cuentas, aún y cuando estén en matrimonio viven relaciones físicamente separados.
Noriega y Cols. (1994) al referirse a la partida de un miembro familiar a Estados Unidos refieren: “…produce un gran trastorno la pérdida de algún miembro, no tan sólo por la añoranza y el vacío que deja, sino que a la vez suele ser necesaria una reorganización de roles…” en donde agregan que han observado que las hijas que han nacido y crecido en ausencia del padre por migración a Estados Unidos, presentan una idealización del padre ausente, percibiéndolo como bueno y viviéndose como devaluadas, como poco mujeres, incapaces de merecer ser queridas, como malas y por lo tanto en espera siempre del padre (quizá en ese sábado de gloria en el que se festeja a Jesucristo) o en espera de un sustituto (futuro novio y/o esposo) y en donde se observa resentimiento hacia la madre presente.
Karla es una chica de 27 años, casada desde los 24 con Miguel, un joven de 26 años que desde hace diez años había dejado Jerez para irse a Estados Unidos, ambos con una hija de dos años. Karla relataba como esperaba con ansia el “sábado de gloria” antes de conocer a Miguel, hasta que finalmente se comprometen, manteniendo la relación vía telefónica un año para casarse al civil en la siguiente semana santa, una vez casados cada año él viene a visitarla, mientras que Karla siente la necesidad de pedirle que se quede, al mismo tiempo que un temor, o de pedirle que le llevara con él, señalaba Karla “con la esperanza de quedar embarazada cada que él viene, para ver si se queda o yo me voy con él”, un esposo idealizado completamente. Karla es una mujer trabajadora, no depende económicamente de lo que manda su esposo, y tiene un negocio que ha sabido sacar adelante.
Por bastante tiempo la idea que se tenía de la mujer era inseparable y sinónimo de madre, y siendo solo a través de la procreación como pudiera alcanzar su realización. “…una cosa muy diferente es decir que para ser madre se necesita ser mujer, que decir que para ser mujer se necesita ser madre”.(Fernández, 1993) y parecía que para Karla tener un segundo hijo era lo importante para ella, dejando de lado sus estudios universitarios y su buena solvencia económica.
Reyna, es una chica de 25 años, con visible sobrepeso, y según relata su padre se fue a Estados Unidos hace 18 años, pero desde hace 13 años no han vuelto a saber de él, y aún guardan en su casa la esperanza de que se comunique. Reyna vivía con la ilusión de poder comprometerse el sábado de Gloria, al igual que lo habían hecho sus primas. Pero su sobrepeso y el no tener novio la hacía tener una autoestima baja, además de que por su edad prácticamente era considerada una solterona. Así pues, en el 2006 conoce a un chico con sus papeles en regla como residente de Estados Unidos, teniendo solo un par de días para conocerse y continuando su relación vía Internet. Señala Escárcega y Oviedo (1994) sobre esta forma de comunicación vía Internet:
“…en definitiva, el medio de expresión y comunicación de individuos que generalmente tienen problemas para hacerlo de forma personal o que no pueden comunicar directamente sus sentimientos, a la vez que permite expresarse a personas que normalmente no serían tomadas encuentra o serían tratadas con prejuicios… o, simplemente, es el medio privilegiado de personas que desean crear una gran fiesta de disfraces donde ni sus propios prejuicios o moralidad les recriminen nada”
Ante este tipo de relaciones, qué hacer como psicoterapeuta, cómo entender este tipo de vínculos, Karla parecía haber creado una imagen fantaseada de éste esposo ausente, dejando ver a este esposo como real y se relaciona con él dando como resultado un falso self. Mientras que en el caso de Reyna se vincula vía Internet con un novio (idealizado de igual forma) lo cuál le daba seguridad, pero expresando constantemente una sensación de vacío, sensación desde la desaparición del padre. “…el narcisismo debilita la capacidad de jugar con la vida social, hace imposible toda distancia entre lo que se siente y lo que se expresa: la capacidad de ser expresivo se pierde”: (Lipovetsky, 1986) en donde una vez que Reyna comenzó a expresar en tratamiento sus afectos y relacionar la figura del padre con la de su prometido veía como se daba una idealización, sin embargo, continuaba por alguna razón su relación por Internet. Escárcega y Oviedo (2004) agregan sobre estas relaciones vía internet:
“En ellas, el ideal del yo es estimulado activamente, aparecen proyectos, constantes aceptaciones y refuerzos de logros individuales y de la pareja virtual. La aparente sinceridad y la tendencia a idealizar estas relaciones permiten que sean emocionalmente más significativas, pues carecen de los elementos yoicos que tradicionalmente aparecen en las relaciones frente a frente” (1994).
Veríamos pues como el papel del padre es importante en la infancia, pues es él quien rompe en términos de Mahler la simbiosis madre-hijo, para que, posteriormente, en la etapa edípica el hijo se identifique con la figura del padre, la pregunta sería qué sucede con las hijas de padres emigrantes, en donde al no estar estos no se da una relación triádica, ¿es suficiente con el padre fantaseado? En sus conclusiones, Noriega y Cols. agregan:
“…en el caso de la hija, producen una debilidad de la identidad femenina y devaluación de sí misma y, al mismo tiempo, de la constitución idealizada y ausente con la que se vive un vínculo de duelo que es interiorizado como un falso self… produce idealización y búsqueda persistente de ese fantasma que determina un conflicto vincular que caracteriza el drama de su vida interna” (1994).
Buscar y esperar a que vuelva el padre, o que, es lo mismo, comprometerse con quien venga de mismo lugar en el que el padre se encuentra o encontró. Reyna una vez comprometida comenzó su relación vía E-mails y Chat, ella sentía conocer a su prometido, con forme el tratamiento avanzó fue identificando como lo que ella ponía en él era parecido a lo que siempre había puesto en su padre, era la idealización de la figura ausente.
Como psicoterapeutas no es nuestro papel el juzgar si este tipo de vínculos de pareja que se establecen son correctos o no, no es nuestro fin aconsejar al paciente para que termine o continúe, pero si entender y posibilitar que el paciente entienda estos vínculos, que se de una integración de los objetos fantaseados, entender y tomar en cuenta el contexto cultural en el que ha crecido y cómo este influye en la psicodinamia de cada sujeto. En donde las familias “clásicas” dejan de existir y se configuran nuevas relaciones de pareja, en donde el contacto con el otro se evita, o se lleva acabo mediante los avances tecnológicos. En donde niños aprenden a convivir el día de hoy a través de las computadoras, sustituyen sus juegos por la realidad virtual. Se van dando cambios de roles, algunos se comparten, otros están en competencia y los efectos psíquicos deberán de tenerse en cuenta, tratando de ser neutrales en estos temas. Karla dejó el tratamiento y se fue a vivir con su esposo, dejó su tienda en manos de su madre, cuando se fue sabía que estaba embarazada. Reyna terminó su noviazgo, consideró que e casarse con alguien que tenía la residencia legal en Estados Unidos parecía ser su interés, ir a buscar al padre desaparecido, terminó su carrera universitaria la cual ejerce, se encarga ahora de mantener a su madre y hermanas, cosa que antes hacía su abuelo.
“Cuanto más lo femenino cuestiona el ser de lo femenino, más este se borra y se pierde en la incertidumbre; cuantos más se derrumban los pilares de su estatuto tradicional, mayor es la pérdida de identidad de la propia virilidad”. (Lipovetsky, 1986, pág. 72)
Artículo presentado en “Las Primeras jornadas de intervención psicoterapéutica” en la Universidad Autónoma de Zacatecas, 2013